martes, 11 de diciembre de 2012

Lloro cada uno de los días


Encerrado en la monotonía, el placer incensurable de la costumbre, placer que no satisface, detenido en el día repetitivo, calor, frió, día, noche. Costumbre camino apartándome de oportunidades.
Busco salir con la esperanza de pisar nuevas tierras, ya que esta es monótona y aburre el alma y pudre el espíritu.  
Cada día se pierde el ímpetu  por soñar, el cuerpo se acostumbra a esta enfermedad que lo daña.
Lo único seguro aquí  es la muerte porque los días dejan de ser días y se pierden las noches. La vida se resume aun momento y en ese momento se muere, recordado por el momento siguiente, olvidado después de esté.
La meta esta en vivir la verdad. La vida enseña más cuando se descansa en ella que cuando se trabaja.
Se muere cuando se lucha, es lógica secuencial de la vida. Pero sin lucha no hay muerte, la lucha significa vida, y toda vida muere. Sin lucha no hay vida.

Tal vez miles de soldados, muy pocos guerreros. Levanten sus armas espartano que hoy cenaremos en el infierno

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